19 dic 2008

Carta de Navidad

Desde Mozambique, carta abierta de Navidad

La urgencia y necesidad de escribir esta carta surgieron en un momento de reflexión comunitaria cuando nos planteábamos como compartir nuestros sentimientos de solidaridad con las personas amigas, familiares y hermanas, como siempre lo hemos hecho, por motivo de la celebración de la Navidad.

Mientras conversábamos, hubo un momento en el que se nos abrieron los ojos y sentimos que alguna cosa nos quemaba por dentro. ¿Cómo felicitaros la Navidad ignorando lo que vemos y oímos? ¿Cómo callar? ¿Cómo no hablar? Los nombres y los rostros que llevamos en el corazón no dejaron lugar a la duda.

Por eso decidimos escribir esta carta para vosotros, los de cerca y los de lejos, del mismo y de diferente credo, de la misma o de diferente raza, todos y todas las que nos sentimos identificadas con el ardiente deseo de que otro mundo diferente sea posible y deseamos comprometernos en participar y aportar a su construcción, desde la realidad que vivimos. Porque nosotras creemos que la salvación de Jesús – que celebramos en la Navidad – pasa por el reconocimiento de la dignidad de la persona, por procesos de mayor humanización de la vida, por la liberación de todo tipo de exclusión.

Para conocer nuestra realidad vamos a transmitiros el resumen de un informe que el Gobierno Mozambiqueño, presentó en el mes de septiembre de 2005, en la Cumbre Mundial de Nueva York, evaluando el grado de cumplimiento de los Objetivos del Milenio.

Esta evaluación que hizo el Gobierno, la resumimos así:

Mozambique es uno de los países – entre los 191 reunidos en Nueva York en 2000 – que aceptó los llamados Objetivos del Milenio , asumiendo el compromiso de conjugar esfuerzos para combatir el hambre que asola a muchos países del mundo.

> En relación con la Pobreza absoluta y el hambre: “reducir a la mitad la proporción de personas que viven en pobreza absoluta hasta 2015” – potencial. “Reducir a la mitad la proporción de personas que sufren hambre hasta 2015” – improbable.

> Educación Primaria universal: “Garantizar que todos los chicos y chicas consigan concluir un ciclo completo de enseñanza primaria hasta 2015” – improbable.

> Igualdad de género: “Eliminar la disparidad de género en la enseñanza primaria y secundaria de preferencia hasta 2015 y en todos los niveles de enseñanza, a más tardar hasta 2015” – improbable.

> Mortalidad infantil: “Reducir en dos tercios la tasa de mortalidad de menores de cinco años hasta 2015” – potencial.

> Sanidad materna: “Reducir en tres cuartos la ratio de mortalidad materna hasta 2015” potencial.

> SIDA, Malaria y otras enfermedades: “Frenar e iniciar la inversión de la propagación del SIDA hasta 2015” – improbable. “Frenar e iniciar la inversión de la propagación de la malaria y de otras enfermedades hasta 2015” – potencial

>Sustentabilidad ambiental: “Integrar los principios de desarrollo sustentable en las políticas e programas nacionales e invertir la pérdida de los recursos ambientales” – improbable.

> Fomentar una asociación global para el desarrollo: “Continuar a desarrollar un sistema comercial y financiero abierto, fundado en reglas previsibles y no discriminatorias” - potencial

Esta evaluación no necesita comentarios y no hay duda de la realidad dura y cruda que infelizmente vivimos no sólo nosotros sino también gran parte da humanidad. Y todos/as entendemos que es clamorosa esta situación por ser precisamente el reverso de la imagen vendida en la celebración de la otra Navidad: Aquella de las estrellas luminosas, del árbol de navidad lleno de paquetes brillantes, de las grandes superficies comerciales rebosantes de gente buscando el regalo de moda, casi siempre agotado, o de la búsqueda de lugares exóticos para pasar estos días de vacaciones.

Sabemos que somos muchos/as quienes en la celebración de la Navidad nos situamos del mismo lado de la mayoría de las víctimas de este mundo y por eso deseamos darle un sentido diferente. Y por eso también decidimos transmitiros los signos de esperanza que vemos aparecer en el horizonte como “una pequeña nube” que anuncia la lluvia, o como “una brisa suave” que sentimos reconfortar el rostro.

Queremos anunciaros que en medio de tanta injusticia y tan clamorosa exclusión que vemos y sentimos, alimentamos la esperanza, la gran esperanza que caracteriza el pueblo africano de que el Sueño de Dios de formar una gran familia, en la cual todos nos sintamos hermanados como hijos del mismo Padre, permanece vivo en nosotras. Y que su proyecto de salvación, desde dentro y desde abajo, ya es una realidad, aunque esté revestida de fragilidad y vulnerabilidad.

Las mujeres van creciendo en su concientización y en la necesidad de su aporte en la transformación de la realidad. La juventud puede invertir la curva creciente de pobreza, hambre y enfermedad. Los signos de solidaridad pueden pasar del asistencialismo a la justicia y a la transformación de las estructuras injustas que perpetúan la dependencia humillante.

Por eso sentimos que vale la pena felicitarnos, por el deseo profundo que nos habita de hacer presente el Sueño de salvación que Jesús encarnó en un proyecto de vida evangélica, que da sentido a nuestras vidas. Porque es desde la pequeñez y la vulnerabilidad de un Niño que todo comenzó y va avanzando lentamente.

Os felicitamos la Navidad de la solidaridad, de la gratuidad, del gesto y de la palabra amiga y fraterna, del compromiso reforzado en la transformación de estructuras injustas y excluyentes, de la ternura y la tolerancia.

Son nuestros deseos para esta Navidad. Misioneras Dominicas Mahotas, Mozambique